Situado en las orillas del lago homónimo, el más grande de Europa de origen volcánico, Bolsena es ahora un centro turístico muy popular.
Desde la época de la dominación romana, cuando se llamaba Volsini Novi, a la Edad Media, su historia está llena de momentos importantes que dejaron una profunda huella en este lugar y en sus monumentos. Me refiero al martirio de Santa Cristina, al milagro de la Eucaristía y al dominio de Orvieto desde la Edad Media hasta el Renacimiento.
En la tumba de Santa Cristina se construyó la basílica románica dedicada a ella, de donde se puede acceder también a las catacumbas romanas. Santa Cristina, patrona del pueblo, se celebra cada año el 24 de julio, a través de la evocación de las diversas etapas de su martirio, representados por cuadros vivientes hechos en las plazas donde pasa la procesión de la noche del 23.
Pero Bolsena es antes que nada la ciudad del milagro eucarístico. De hecho aquí en 1263, durante la celebración de la misa, un sacerdote bohemio vio la sangre brotar de la Eucaristía. La sangre manchó el cabo, que se conserva en la catedral de Orvieto, y las piedras del altar, que ahora están en exhibición en la capilla del milagro, una parte integral de la basílica de Santa Cristina. Este evento llevó al papa Urbano IV aestablecer la fiesta del Corpus Christi, que se celebra cada año desde entonces, con una magnífica exhibición floral artística que abarca la totalidad de la ruta por la que la Eucaristía es llevada en procesión.
Captura de Bolsena también su pintoresco casco antiguo, con las sinuosas calles estrechas y empedradas que suben hacia la fortaleza Monaldeschi, maravilloso castillo medieval, que hoy alberga el Museo Territorial del Lago de Bolsena.
La visita de Bolsena se puede combinar con la de Civita di Bagnoregio, Montefiascone y Viterbo, a lo mejor después de degustar un plato típico de pescado del lago en uno de los muchos restaurantes en el casco antiguo o al lago.
